Parece claro que lo que ofrece esta llamada sociedad de bienestar a la comunidad global, se ha fundamentado en un desequilibrio. Ahora la situación nos recuerda que podemos regenerarnos, ya que entre todos los seres humanos se ha creado. Unos impulsándola y otros aceptándola.
La renuncia no es a una buena vida, sino al desequilibrio como forma de estar en este precioso planeta. Para ello miles de proyectos creativos muy diversos son iniciados a diario, son los elementos de transformación, son como las células del gusano que se transformará en una mariposa cuando sea el momento. Y parece que lo ES.