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Una de las fuerzas de las que he sido consciente en los últimos años es, es la fuerza que tiene la palabra, nombrar las cosas. Por ejemplo ¿cómo son las experiencias que nos invitan a tomar consciencia, de que la vida es eterna de manera natural? O mejor dicho ¿será que no lo estamos contando?, que no hablamos de ello. Y al no conversar sobre ello, la consecuencia es que no se incluye, se encuentra aislado.
Ha venido sucediendo igual con la muerte. Un tema que está en auge. Se dice que la gran mayoría de lo que estamos llamando experiencias cercanas a la muerte, no se cuentan por miedo. Tampoco se habla de las experiencias de establecer comunicación por parte de los progenitores con sus criaturas antes de que se produzca el parto.
Estamos en tiempos donde todo lo que hemos ido excluyendo por diferentes motivos relacionados con el miedo pasa a ser incluido cada vez más por personas corrientes y valientes, para que las experiencias regresen de manera natural a ver la luz en lugar de ser escondidas por el miedo. Al igual que las experiencias que se hayan ocultado con una intención egoísta, que no sea para el bien común, serán también desveladas en estos tiempos.
Hay un gran grupo de investigadores, médicos, científicos comprometidos o mejor dicho varios grupos, que investigan, exploran, recogen información sobre experiencias cercanas a la muerte (ECM), que avalan que después de la muerte, la vida sigue un camino.
Entonces al igual es de sentido común conversar para recoger qué experiencias o testimonios nos aportan claridad acerca de la experiencia de eternidad, en la existencia del ser humano durante su vida en la Tierra. ¿Será la única especie que vive auto excluida de la vida eterna natural y eso mismo lo lleva a un estado de amnesia a contrarreloj, artificial y absurda?.
Cuando comparto la intención de realizar la aventura audiovisual para conversar de la vida eterna en la Tierra encuentro resistencia o incomprensión acerca de tratar este tema como algo natural, en lugar de algo sobrenatural. No como algo que nos falta, de pérdida que tenemos que conseguir.
Sino desde una actitud de confianza recordando la naturaleza de ser humano, la misma naturaleza de todo lo que hay en la Tierra, en el Universo. La abundancia está relacionada con eso mismo, con lo natural de la vida. Se siente claro cuando nos entregamos a caminar de forma calmada por cualquier lugar de la naturaleza.
Lo que nos estamos proponiendo es conversar acerca de todo lo que hay, no tanto de algo que nos falta. Claro que esto acabaría con la carrera y la prisa con la que el ser humano vive en planeta azúl maravilloso y creativo. La vida es eterna aquí y eso es un efecto diferenciador.
Hasta ahora había un mito, el de buscar la eternidad fuera, incluso fuera del cuerpo, al fallecer. Dejar la vida pensando que al dejarla es la manera de ganar el cielo, algo que ya somos de manera natural. Es como si al nacer nos dijeran que nos hemos de tapar los ojos, para poder ver algún día, ¿sería absurdo, no?.
Hoy te invito a la pregunta: ¿será posible descubrir experiencias que te faciliten recuperar lo que ya eres de manera consciente?. Sí ya eres inmortal, entonces para qué buscar fórmulas médicas, farmacéuticas o tecnológicas de alcanzar alguna capacidad que ya eres. Todas las tradiciones con origen coinciden en esto mismo.
Entiendo por supuesto que exista resistencia y también la experiencia de buscar fuera lo que llevas dentro. Lo he practicado por años, hasta que se detuvo esa búsqueda de encontrar algo que parece que no es de este mundo.
Y algo hay de cierto, aunque todos la llevamos con nosotros, la eternidad no es de este mundo. Aquí todo lo que nace, crece para finalmente llegar a un final y regresar a la Tierra de donde ha nacido, todo se acaba quedando aquí. Ningún faraón de Egipto consiguió llevarse nada cuando falleció, aunque lo intentaron de forma concienzuda.
Entonces será aquí donde eso que anhelamos y que llamamos eternidad ¿ES posible?. Una pista la tienes en lo que la Magdalena, después de encontrarse con Jesús ya en resurrección, regresó a explicar a sus compañeros. Dicen que lo primero que les dijo es: “el reino es aquí”. Y esto "del reino", no es nada religioso, sino algo que ella sintió de manera vívida. Vamos lo mismo que decir: "la vida eterna ES posible aquí".
Hablar de la vida eterna es bonito, expandir la vida eterna es una maravilla, vivir la vida eterna, sentir la plenitud de la sencilla y natural Gracia. Te espero mañana en la siguiente coincidencia.
