
VENte
febrero 26, 2025
Equilibrium
marzo 5, 2025Espacios
En ocasiones se crean nuevas maneras de nombrar a las mismas cosas de siempre. Nos sirve para restaurar prácticas que nos facilitan recordar quienes somos en cada época. Ray Oldenburg creó una de esas maneras, fue el creador del concepto: tercer lugar o tercer espacio.
Eso fue en la década de los ochenta del siglo XX. Ya se percibía como el aislamiento entre las personas crecía. Tanto, que incluso hubo un fenómeno muy peculiar en los Estados Unidos en ese siglo. Se detectó un dato curioso, iban a jugar a las boleras más personas solas, que en grupo.
Se recuperó el concepto del tercer espacio durante el proceso de confinamiento vivido en 2020. Y ahora se vuelve a retomar debido al tipo de polarización y violencia global al que estamos asistiendo. El tercer lugar es un espacio donde podemos interactuar de manera libre e informal para expresar con la palabra aquello que somos en ese momento.
El tercer lugar tal como lo expresó Ray, no es el hogar o el lugar donde realizas tu actividad laboral o creativa. Es un lugar donde ES posible que coincidas con personas amigas, conocidas o desconocidas recién llegadas. Todo se mezcla, unos en la conversación otros en la escucha, se entregan a coincidir en un espacio de tiempo.
Mientras escribo estas líneas recuerdo las secuencias de la película Casablanca. Ejemplo de lo que Ray quería decir con un tercer lugar. En el caso de Casablanca un lugar, un café, donde los buenos y los malos, donde pasado y futuro se encontraba con el presente de ese lugar. Las cafeterías suelen ser el tercer lugar para muchas personas.
El tercer lugar es donde la diversidad se puede mezclar en la coincidencia. Un lugar donde se siente el corazón en confianza, donde se reconoce el confort de lo que llamamos comunidad, tribu, grupo. Ray creía que era una práctica básica para una sociedad en equilibrio. De hecho en la época medieval europea, eran muy valoradas las personas que podían estar en contacto con otras comunidades de distintas creencias. Las personas puente que solían ser poco famosas o conocidas y hacían esta labor de puentes en silencio.
Hay que reconocer que vivimos en tiempos donde las personas sentimos la tentación de la separación, de polarizarnos, de seguir a la parte primitiva que se suele llamar el mono que nos impulsa a comportarnos desde un miedo a sobrevivir. Que nos lleva a expresarnos en ocasiones desde la ira, el juicio y una crítica desde la exageración alejada del corazón, que genera violencia.
Una cantidad de personas apuesta por la violencia y una cantidad similar lo hace por el aislamiento desde la inseguridad, incertidumbre y silencio autoimpuesto. Esto genera desequilibrio, al igual que si optas por la violencia. Desequilibrio es una de las consecuencias de alargar posiciones polarizadas por un periodo de tiempo, que se alarga como el scroll infinito de las aplicaciones de tu teléfono.
Precisamente para esto mismo es vital el tercer lugar en estos tiempos. La práctica donde te encuentras con otros con los que los latidos de tu corazón presente resuenan de manera gozosa. El tercer lugar no tiene que ver con la cantidad de asistentes o el éxito. Es una práctica que tiene relación con el equilibrio y la salud de navegar estos tiempos que conllevan una gran tormenta.
Ian Bremmer es un reconocido analista político que recomienda que en estos tiempos lo más importante es mantener la reunión, el encuentro, la unión. Aunque él hace referencia al escenario geopolítico con acontecimientos que nunca se habían dado en el mundo tal como lo venimos conociendo, esa misma reflexión se puede llevar a la vida cotidiana.
Esto me recuerda a los días en India donde probamos de encontrarnos en unas videollamadas grupales. Reconozco que me sorprendieron, por el nivel de conexión y apertura de las personas que acudimos a ellas. Tremendo el efecto que causaba en el ánimo de las personas.
Y ese mismo efecto está relacionado con la creación de la red internet paradójicamente. La red internet se creó para que las personas pudiesen establecer comunicación sin estar obligados a pasar por ningún lugar centralizado que pudiese ser atacado en los tiempos donde se nombró como guerra fría, por el enfrentamiento o polarización a finales de los años sesenta del siglo XX. Esa misma es la intención de coincidir, establecer comunicación en las videoconferencias que estoy proponiendo en este 2025, un par de veces al mes.
La verdad es que siento mucho placer juntando a personas tan diversas en cuanto a edad, estilo de vida, estado económico, estatus social, de formación, político. Desde siempre me han invitado a crear estos espacios uniendo a personas y coordinando el flow entre ellas. Y de hecho las personas tal y como acaban apareciendo en la película documental, son un ejemplo de esto mismo.
Coincidir en un espacio donde compartir lo que en estos momentos facilite comunicación entre corazones resonantes de forma global, no quedar aislados, anclados o congelados por los tiempos que vivimos, para poder seguir con el corazón caliente que mantiene el rumbo de esta experiencia de vida que hemos venido a recorrer.
Vivir la aventura de la dicha desvelando tesoros que nos llevan a sentir inmensa gratitud, la que nos permite reconocer que la vida es eterna y que la confianza es natural. ES posible, pase lo que pase en el mundo.
Si estás leyendo aún estas líneas, quedas invitado para el martes 11 de marzo a las 20h hora del territorio llamado península ibérica. Apunta en la agenda, VEN y verás este tercer lugar donde todo ES posible gracias al flow.
