En ocasiones regresar al origen en alguna de las etapas de la existencia, es una maravillosa oportunidad en la que restaurar el rumbo al equilibrio, en tiempos donde parece que ningún camino lleva a Roma.
ES posible, por ejemplo, cuando regresas al encuentro con la familia biológica de origen, o regresando a algunos de los lugares donde has vivido momentos de las diversas etapas como ser humano.
También se puede hacer con personas o en grupo, aunque en realidad la forma que genera un impacto con alcance es cuando lo hacemos solos. Aunque nunca estamos solos, recorrer la existencia siempre es solo, una misteriosa paradoja, estar solos y siempre acompañados.
Es la maravillosa autonomía y soberanía creativa que ES posible. Aunque vivamos una vida en familia, en comunidad o en grupo el recorrido interno es individual, quiere decir no dividido, no separado del flow.
Es la forma de recorrer la existencia en unión con el flow, de manera íntima e individual, nadie puede hacerlo por ti, ni llegar a entender, sentir las experiencias únicas que supone, aunque el fin de recorrerlo es compartirlo.
Vivir para compartir, tomar conciencia es para ser compartido, vamos recorriendo los caminos del flow, nos vamos compartiendo, nos vamos encontrando y re encontrando, en esta o en varias existencias de esta vida eterna y natural.
A través del punto de salida y llegada como el alfa y el omega, un principio y un final de los ciclos infinitos como la forma de la espiral del desarrollo de la consciencia, en la que todo está inmerso en este Universo.
En catalán hay una frase que dice: “Anar al mon i tonar al born”, es como decir: “ir al mundo y regresar al lugar de nacimiento o de partida del viaje”. Te invito a regresar al origen en estos días como una de las formas de celebrar el solsticio al que nos acercamos.
Regresar al origen es una práctica. A través de un viaje a los lugares que para tí lo facilite, también sirve quedar con la familia de origen para comer juntos ya que ellos son también un origen, o el re encuentro con diversos grupos de amistades donde has recorrido tus etapas.
Observar cómo te encuentras con ellos ahora, después de “ir al mundo”, atreverte con las cosas que sueñas, recorrerlas y regresar al origen es una práctica eterna con multitud de capas. Como la experiencia que facilita la película documental Un Latido cada vez que te ves en ella.
Y si no quieres o puedes moverte de donde estés, también ES posible elegir a una persona por la que sientas admiración y amor para conversar con ella acerca de tu origen y existencia de la que tomar consciencia. Es un tesoro restaurar el poder, vivirlo y agradecerlo. Regresar al origen, sea en la forma que tenga, siempre es una manera de restaurar el rumbo. En estos tiempos ES posibles, tiempos donde todos los caminos llevan al amoR.