Hoy conversaba con una persona sobre la diferencia de descansar por la noche en un lugar donde se escuchan los pájaros al despertar en la mañana, o no escucharlos, de cómo puede cambiar el resto de un día. Como el sonido nos afecta a los seres humanos es tremendo, nos afecta de formas muy diversas ya que además en estos tiempos contamos con multitud de ruidos a nuestro alrededor.
Despertar escuchando el cantar de los pájaros en la libertad de un nuevo día para una nueva vida es tremendo, nutrición para la inspiración, la calma y la alegría de celebrar comenzado el día con el entusiasmo de una vida generosa, con hermosas propuestas, sea como sea que los tiempos se muestran.
Hablamos de la diferencia en la ciudad o de algún lugar lo suficiente poblado donde la libertad del canto de los pájaros libres en lugares donde se sienten lejos de la violencia, supone conectar con el origen de una vida dichosa en lugar de abundancia como este planeta que nos empeñamos en afectar.
Veo que la consciencia sobre los sonidos a nuestro alrededor se diluye si has de estar pendiente de más de cien avisos diarios en los dispositivos electrónicos, entre mensajes de texto, audios, videos, adjuntos, notificaciones de diversas apps, sumado a los sonidos de las ambulancias, la música del vecino, los ingeniosos tubos de escape de algunas motos, coches de policía, partidos de fútbol u otros deportes donde se genera un ruido como el que se escuchaba en los coliseos en Roma, vamos una larga listo de ruido con el que nuestros cuerpos conviven a diario.
Por eso el silencio está teniendo tanto éxito en las propuestas de retiros, escapadas, sean turísticas, terapéuticas, espirituales, para practicar el silencio, bien sea a través de una técnica o sin ella. Recuerdo lugares donde el silencio habla, como por ejemplo en el Monestir del Miracle cerca de Solsona, es un silencio que hasta se puede tocar con la yema de los dedos.
También recuerdo un lugar de la isla de Mallorca donde sentí por primera vez la inmensidad de la belleza de la Tierra, desde un lugar muy especial en la Sierra de la Tramontana. Uno de los momentos que me han transformado, al sentir una sensación de dicha tremenda, siendo consciente que iba entrar en un proceso, que cambiaria toda mi vida.
Al igual que te puede pasar, sentir una bandada de pájaros libres y llenos de entusiasmo recorrer el interior de tu cuerpo, como si volasen expresando la gran dicha de momentos que solo el flow con su insuperables propuestas ES posible sentirlos.
La joia de viure, la delicia de sentir esa bandada y el canto de esas pájaros celebrando por el interior en este caso en mi cuerpo, ya que se acerca el especial solsticio de este año, donde confluyen muchas cosas en mi vida en las fiestas de Sant Joan, donde me gustaría entregar el primer borrador del libro ES posible para que esté disponible en el solsticio de invierno.
También este año formo parte de un grupo que decora el altar para la Ermita de Sant Joan de Missa en el día de la verbena, 23 de junio, y el altar de la Catedral de Ciutadella para la celebración del día de San Joan, 24 de junio. Aunque todo comenzará el 22 de junio, es el día que se encienden “els festers” ( las hogueras ) en el día de la revolución solar.
Un cumpleaños donde percibo un cierre de etapa con una euforia inmensa e intensa, provoca ya a diario una lluvia de agua de estrellas en mi corazón y mis ojos, que aclara mi visión del amor por la vida, la gratitud de haber llegado hasta aquí para abrir los brazo y volver a decir: hecho está.
Un solsticio en el que estar dispuesto a la maravilla del amor por la vida y el asombro de los milagros. Como el que supuso para mis padres la llegada al planeta de un nuevo hijo, eso escucho que me dicen mientras acabo estas líneas.