
Comienzo
junio 28, 2024
Integrar
julio 1, 2024Personas
Hoy un par de personas que están en Colombia y que no se conocen, aún, entre ellas, me enviaban unos mensajes relacionados con la Sierra Nevada de Santa Marta. Al leer los mensajes recordaba una clave que me acompaña desde entonces, de la experiencia vivida con los Arhuacos en ese lugar.
Los Arhuacos que conocí en la grabación para Un Latido compartieron varias claves sencillas, poderosas, con mucha sabiduría para estos tiempos. Una de ellas es la que recuerdo en estos momentos, la comparto en algunas conversaciones cuando acompaño a personas en alguna etapa al restaurar el rumbo en su existencia.
Va sobre restaurar valores allí donde haya comunidades de seres humanos, tenga la forma que tenga la comunidad. Comunidad como experiencia compartida por parte de un grupo de seres humanos en algún lugar de la Tierra, a través de la cultura que sea.
Restaurar valores desde tres acciones claras. Estamos en tiempos de restaurar las tradiciones de valor, restaurar los lugares de valor y restaurar a las personas de valor. Al estar tan orientados a los modelos, sistemas o estructuras sociales de producción o incluso de explotación de la vida, olvidamos estas tres claves.
Olvidamos las tradiciones de valor que cuidan de la vida, sea en el territorio que sea, ya que cada pueblo tiene las suyas. Olvidamos los lugares de valor en nuestros territorios donde hay una fuerza vital que beneficia la vida. Olvidamos a las personas de valor que preservan una de las experiencias claves para una buena vida, el amor.
Por eso ahora más que nunca la reorientación ES posible al tomar consciencia de la práctica (o tradición) que llevas a cabo en tu vida cotidiana, cómo esa práctica te lleva a un estado de calma que facilita la belleza del alma a través de un corazón radiante pleno de gratitud por lo vivido.
En que lugares pasas el tiempo en esta transición que vivimos todos, que energía es la que sientes en ellos, sabiendo que eso mismo es como el respirar, el comer, el dormir, forma parte de tu higiene vital.
Y algo que cobra aún más relevancia si cabe, con qué personas vives lo mencionado en las líneas anteriores. Son tiempos para tomar decisiones de con quién pasas el tiempo que dedicas a lo comentado antes en relación a los lugares y las tradiciones.
No tanto para separarte de ellas, sino precisamente para estar de la manera más vibrante cuando has de estar en el mundo con todo lo que hay y se está dando a diario. La gente de la Sierra, los hermanos mayores de la humanidad, han dado un paso adelante para compartir su sabiduría. Corresponder con la práctica es tu parte de ser agradecido.
Como diría una persona a la que aprecio mucho, hay que dar las gracias, las veces que sean necesarias. Sentir la gracia es una de las claves de estos tiempos.
Los Arhuacos que conocí en la grabación para Un Latido compartieron varias claves sencillas, poderosas, con mucha sabiduría para estos tiempos. Una de ellas es la que recuerdo en estos momentos, la comparto en algunas conversaciones cuando acompaño a personas en alguna etapa al restaurar el rumbo en su existencia.
Va sobre restaurar valores allí donde haya comunidades de seres humanos, tenga la forma que tenga la comunidad. Comunidad como experiencia compartida por parte de un grupo de seres humanos en algún lugar de la Tierra, a través de la cultura que sea.
Restaurar valores desde tres acciones claras. Estamos en tiempos de restaurar las tradiciones de valor, restaurar los lugares de valor y restaurar a las personas de valor. Al estar tan orientados a los modelos, sistemas o estructuras sociales de producción o incluso de explotación de la vida, olvidamos estas tres claves.
Olvidamos las tradiciones de valor que cuidan de la vida, sea en el territorio que sea, ya que cada pueblo tiene las suyas. Olvidamos los lugares de valor en nuestros territorios donde hay una fuerza vital que beneficia la vida. Olvidamos a las personas de valor que preservan una de las experiencias claves para una buena vida, el amor.
Por eso ahora más que nunca la reorientación ES posible al tomar consciencia de la práctica (o tradición) que llevas a cabo en tu vida cotidiana, cómo esa práctica te lleva a un estado de calma que facilita la belleza del alma a través de un corazón radiante pleno de gratitud por lo vivido.
En que lugares pasas el tiempo en esta transición que vivimos todos, que energía es la que sientes en ellos, sabiendo que eso mismo es como el respirar, el comer, el dormir, forma parte de tu higiene vital.
Y algo que cobra aún más relevancia si cabe, con qué personas vives lo mencionado en las líneas anteriores. Son tiempos para tomar decisiones de con quién pasas el tiempo que dedicas a lo comentado antes en relación a los lugares y las tradiciones.
No tanto para separarte de ellas, sino precisamente para estar de la manera más vibrante cuando has de estar en el mundo con todo lo que hay y se está dando a diario. La gente de la Sierra, los hermanos mayores de la humanidad, han dado un paso adelante para compartir su sabiduría. Corresponder con la práctica es tu parte de ser agradecido.
Como diría una persona a la que aprecio mucho, hay que dar las gracias, las veces que sean necesarias. Sentir la gracia es una de las claves de estos tiempos.
