Brillantes
julio 15, 2024Conversa
julio 17, 2024Nubes
En estos años, desde el inesperado y sorprendente giro vital de 360 grados, que ha tenido como consecuencia la película documental Un Latido y en breve el libro ES posible, han habido multitud de experiencias asombrosas que nunca hubiese imaginado vivir antes de ese giro. Y el flow sigue sorprendiendo, de una forma cada vez más bella, justo esta mañana, ha sucedido, una de esas experiencias.
Aunque a diario ya siento una gratitud inmensa por lo recorrido hasta aquí, pensando en que no son necesarias más experiencias sorprendentes para seguir confiando, hoy se ha dado, temprano a la mañana, la invitación al asombro de una belleza tremenda, como la de una persona a la que los ojos le hacen chirivitas.
Uhmmm, respirar nubes al despertar esta mañana. Sí, has leído bien, respirar nubes. En mi caso aún no había vivido algo así, respirar nubes de manera consciente, aunque es algo que cuando lo pienso mientras te escribo ahora, me parece sencillo. De hecho respirar es sencillo, que haya nubes en la Tierra también es sencillo, solo que el mundo nos sitúa lejos de las dos cosas, de respirar y de estar en las nubes con dicha.
Se ha sustituido la dicha de estar en las nubes, por estar en la nube digital con alguna aplicación como la puerta de entrada, a través de alguna actividad digital o la tan nombrada IA de nuestros tiempos, que va generando seguidores, incluso más que los llamados influencers o influenciadores. La nueva manera de llamar a los agentes comerciales del siglo XX, en el siglo XXI.
Respirar se ha sustituido por la inhalación corta, a veces compulsiva o en competición, si practicas algún deporte que te lleva a respirar, como si se acabase el mundo y estuvieses en una contrarreloj para sobrevivir. Como si a diario tuvieses una marca que batir, respirando más y más acelerado. Bien sea por el deporte, por tu trabajo, por las relaciones con familia, amigos o en la intimidad, donde también se nos anima a un estilo de práctica, que nos saca de hacer el amor.
Hacer el amor, una capacidad de ser humano, que además ES posible llevarla a cabo en las situaciones nombradas en las líneas anteriores.
Respirar las nubes esta mañana, en lo alto de una montaña, en medio de una isla en el Mediterráneo, mientras sentía como de nuevo contraía matrimonio con el amor. Ha sido precioso, otra cosa asombrosa, contraer matrimonio, una nueva invitación del flow, siempre insuperable e inevitable.
Pasar demasiado tiempo en la nube digital, le llamaría una de las formas de estar en la parra de nuestros tiempos. A lo largo de la historia siempre ha habido formas de consumo de algún tipo de droga que genera adicción. Siempre ha habido personas que han preferido estar colgados, que en las nubes como una manera de estar en el cielo en la Tierra. Estar colgado en la nube o en la parra como se suele llamar, sea la propuesta de inteligencia artificial que nos van a comenzar a ofrecer en breve.
Respirar nubes te lleva a una experiencia de ligereza muy nutritiva para estos tiempos, respirar nubes de forma consciente actualiza tu cuerpo, te facilita recordar, te das cuenta en el paraíso en el que te encuentras, cuando sientes como entran las nubes en tu interior.
Aunque a diario ya siento una gratitud inmensa por lo recorrido hasta aquí, pensando en que no son necesarias más experiencias sorprendentes para seguir confiando, hoy se ha dado, temprano a la mañana, la invitación al asombro de una belleza tremenda, como la de una persona a la que los ojos le hacen chirivitas.
Uhmmm, respirar nubes al despertar esta mañana. Sí, has leído bien, respirar nubes. En mi caso aún no había vivido algo así, respirar nubes de manera consciente, aunque es algo que cuando lo pienso mientras te escribo ahora, me parece sencillo. De hecho respirar es sencillo, que haya nubes en la Tierra también es sencillo, solo que el mundo nos sitúa lejos de las dos cosas, de respirar y de estar en las nubes con dicha.
Se ha sustituido la dicha de estar en las nubes, por estar en la nube digital con alguna aplicación como la puerta de entrada, a través de alguna actividad digital o la tan nombrada IA de nuestros tiempos, que va generando seguidores, incluso más que los llamados influencers o influenciadores. La nueva manera de llamar a los agentes comerciales del siglo XX, en el siglo XXI.
Respirar se ha sustituido por la inhalación corta, a veces compulsiva o en competición, si practicas algún deporte que te lleva a respirar, como si se acabase el mundo y estuvieses en una contrarreloj para sobrevivir. Como si a diario tuvieses una marca que batir, respirando más y más acelerado. Bien sea por el deporte, por tu trabajo, por las relaciones con familia, amigos o en la intimidad, donde también se nos anima a un estilo de práctica, que nos saca de hacer el amor.
Hacer el amor, una capacidad de ser humano, que además ES posible llevarla a cabo en las situaciones nombradas en las líneas anteriores.
Respirar las nubes esta mañana, en lo alto de una montaña, en medio de una isla en el Mediterráneo, mientras sentía como de nuevo contraía matrimonio con el amor. Ha sido precioso, otra cosa asombrosa, contraer matrimonio, una nueva invitación del flow, siempre insuperable e inevitable.
Pasar demasiado tiempo en la nube digital, le llamaría una de las formas de estar en la parra de nuestros tiempos. A lo largo de la historia siempre ha habido formas de consumo de algún tipo de droga que genera adicción. Siempre ha habido personas que han preferido estar colgados, que en las nubes como una manera de estar en el cielo en la Tierra. Estar colgado en la nube o en la parra como se suele llamar, sea la propuesta de inteligencia artificial que nos van a comenzar a ofrecer en breve.
Respirar nubes te lleva a una experiencia de ligereza muy nutritiva para estos tiempos, respirar nubes de forma consciente actualiza tu cuerpo, te facilita recordar, te das cuenta en el paraíso en el que te encuentras, cuando sientes como entran las nubes en tu interior.