La fruta madura dicen que es uno de los placeres que podemos encontrar en la Tierra. En estos tiempos muchas de las personas con las que trato y acompaño en una etapa de su viaje por la Machi sienten abrazar esa etapa donde sienten madurar.
Una experiencia preciosa como ser humano, que puede ocurrir en varios de los momentos vitales, con más o menos edad en el documento de identidad que tengas, seas del país que seas. Hoy con un buen amigo conversamos acerca de la edad, de madurar y de cómo abrazar la maduración de los ciclos produce una Gracia que extiende la Confianza y el Amor por la Vida.
También estos días reflexinamos junto a una amiga, hablamos de la edad, de lo que supone en la existencia, de como eso nos puede condicionar la posibilidad de crear, bien sea un proyecto, relaciones, una nueva vida e incluso ser puente y acompañar a una vida que llegue a la Tierra.
En la película documental aparece Miriam Subirana compartiendo acerca de esto mismo, ella dice que hay un momento en el que te vas a dar cuenta que has venido a este viaje no para que el mundo te sirva a ti y a tus particulares deseos o caprichos sino que estás aquí para servir.
Servir no tanto como un acto de vasallaje medieval o servidumbre sino servir como el acto de liberar los valores que traes a este lugar solo por existir, sembrar los valores que tu corazón ha traído hasta este lugar, en este confín del extenso Universo donde te encuentras del infinito cosmos del que formas parte.
Madurar no es cumpliar años, es sentir que eres consciente, mientras respiras el día a día, percibir que el proceso de cambio y tu transformación es una realidad, la realidad de la frase: hágase la voluntad, contigo dentro de esa voluntad, claro.
Madurar es sentir de forma gozosa que la voluntad de lo absoluto y la que tu corazón siente, es la misma. Y que va tomando forma material en el mundo, así como tú la has tomado al llegar. Eres a imagen y semejanza de la creación, vengas de donde vengas, estés donde estés y pase lo que pase, ES posible volver a ser como una amapola que crece en un lugar libre de contaminantes, madurar, ser Amor por la vida que siembra belleza en este precioso planeta.