El poder y la fuerza de la intención es otra de las claves que me ha asombrado a lo largo de los últimos años. La intención de una acción es lo que conlleva unas consecuencias, sea en esta vida o en otras. Las experiencias te invitan a tomar consciencia de ser, estar, ocupar la vida que llevas.
Mientras no hay una intención sentida clara, coherente y con consciencia, la vida suele describirse como una montaña rusa aunque de grandes dimensiones, mayores que las de los parques de entretenimiento. Tan grande que puede alcanzar varias generaciones como hoy se comparte por parte de una psicóloga con gran experiencia en la compasión y el cuidado de las personas en un artículo La Vanguardia.
Una montaña rusa son emociones que aparecen una y otra vez al estilo de lo que se llama popularmente “el día de la marmota”. Emociones que vienen y van, repitiendo en la mayoría de ocasiones unas situaciones, sin avisar ya que nos despertamos con esa sensación de amnesia que todo lo borra y por eso vuelve.
Este fin de semana con las personas que he vivido la experiencia del Transformation Game es tremenda la cara de sorpresa que he visto. Claro que es asombroso tomar consciencia de las situaciones donde la personas se ven atrapadas en un bucle, repitiendo un hábito, siendo el eco del comportamiento de sus ancestros.
También como resultado del modelo educativo y productivo o de la cultura que se promueve para el consumo, todas te acaban llevando al agotamiento que suele desembocar en angustia, vergüenza, aburrimiento o envidia.
Justo estas emociones son las que aparecen en una película que está de estreno en estos días en las salas de cine, una película que va de las emociones. La protagonista se adentra en un cambio, donde aparecen estas nuevas emociones, al pasar de la niñez a la adolescencia.
Es curioso como desde hace años encuentro que estas emociones aparecen en las personas que acompaño en una etapa de su proceso, también aparece en los titulares de los medios convencionales de comunicación, en el comportamiento de líderes políticos, económicos, culturales, deportivos, artísticos, científicos a través de los nuevos medios de las redes digitales.
¿ES posible que una especie de era de la adolescencia nos mantiene atrapados en una especie de bucle? y lo mejor de todo. ¿ES posible salir?.
Hay algo que veo que facilita precisamente esa salida, de lo que aceptamos llamar el sistema, la matrix o Maya, “la ilusión” como se le llama por la filosofía de los Vedas. Y este algo es reconocer las emociones, nombrarlas, atenderlas y transformarlas en una especie de combustible necesario. Recorrer la emoción para que nos impulse a restaurar la vida con sentido, con alegría, con aprecio del todo.
La intención para la existencia es como el rumbo para una travesía. Sin rumbo, no hay travesía, la experiencia es flotar a la deriva. La intención es una fuerza que aporta claridad en la travesía de vivir. La travesía, el camino o el rumbo nos permite desvelar lo necesario, lo que nutre y lo que interfiere descubrir el tesoro que llevas en tu corazón y que justo te aporta salir de la deriva.
En la película de las emociones que te he comentado antes, se nos muestra a la angustia como la emoción que lidera el rumbo de la vida de una adolescente. La consecuencia de ello es que sus acciones son movidas por una frase: “no soy suficiente”. Es tremendo como en nuestros tiempos el suicidio es tendencia entre adolescentes. Aunque la frase habla un poco de lo que mueve a las sociedades del consumo, llamadas del bienestar.
¿Qué nos pasa? ¿hemos aceptado que vivir es como ser adolescente de forma continua entregados a las emociones del entretenimiento con aspecto digital? ¿Es buena la práctica de aceptar que el consumo de ansiolíticos se incremente cada año para sostener un modelo en el que la angustia sigue creciendo?.
La invitación hoy, si te atreves, es a anotar una o varias intenciones que mueven tu alma en la Tierra a través de tu corazón. Te invito a la práctica de algo muy sencillo, la verdad. ¿Eres capaz de nombrar y escribir en un papel cuál es la intención por la que se mueven tus acciones?. Igual te ayuda recordar que hace un tiempo que se comparte una frase: “la verdad te hace libre”, ¿ES posible?.