Acabo de revisar la etimología de la palabra inteligencia, está relacionada con la capacidad de elegir. La he vuelto a recordar hoy debido a que ayer estuve en una conferencia, donde primero vimos una película: “2001, una odisea del espacio”, para después escuchar a dos expertos comentando escenas, anécdotas de la película, algunas relacionadas con lo que hoy se está llamando IA, Inteligencia Artificial.
Hacían referencia a la visión que se tuvo en 1968, fecha cuando la película se produjo y la reflexión con situaciones ahora normales, que se mostraban en esa película de ciencia ficción como del futuro. Entonces ¿querrá decir eso que viviremos los contenidos que hemos visto en la película Matrix?. Matrix fue producida unos 20 años después, o sea que en unos años o ¿comenzaremos a ver ese tipo de cosas?.
Lo que sí parece es que el cine, las series o los medios son una manera de avanzar acontecimientos, de influir o incidir en el pensamiento de las personas, como otras tantas formas de hacerlo de las que contamos en la actualidad aunque esto será para un artículo de otro día.
Hoy después de algunas reflexiones, conversaciones más algunos artículos de varios medios de prensa voy a elegir. Voy a usar la inteligencia para ello, que para eso sirve. Voy a dejar de llamar inteligencia a las propuestas, productos y servicios basados en las tecnologías de la información. Vamos la informática, el tratamiento automatizado de la información, de los datos.
De hecho acaba de colaborar con esta elección, una noticia que narra como en Londres se inicia este septiembre un curso escolar en un colegio donde un grupo de adolescentes serán educados mayoritariamente por tecnología, no por profesores humanos.
Aunque ha sido muy gracioso, cuando en la noticia he podido leer que habrá dos materias que serán apoyadas por tutores humanos, el arte y la sexualidad. ¿Quiere decir esto que la tan repetida IA no es inteligente para esas dos areás del ser humano?.
No sé si has visto la película donde HAL 9000 era un personaje más, un nombre para una máquina como si se tratase de un individuo a tener en cuenta en las mismas condiciones que los humanos. ¿De donde saldrá la idea?, mejor dicho ¿qué intención tendrá? esta de poner nombres a la tecnología, sea la que sea, basada en hardware (electrónica) y software (algoritmos), para que nos relacionemos con ello como lo hacemos con un ser humano.
Y de la misma manera ¿hemos de poner nombres a una escoba, un paraguas o unas zapatillas de deporte de última tecnología? también son elementos que forman parte de la vida cotidiana. Se dice que el nombre IA, es debido a que la informática actual resuelve tareas de manera más rápida que el cerebro humano.
Podemos decir que no tiene que ver con elegir, sino con procesar instrucciones. Por lo que es interesante hacerse una pregunta: ¿entonces tu cerebro sirve en la vida para procesar instrucciones? y si es así ¿con qué intención se están procesando?, ya que las de la IA tienen una intención con la que ha sido programada. ¿Has sido programado?, ¿lo estarás siendo?.
La tecnología sabemos que se basa en la unidad básica de almacenamiento de datos que llamamos bit, en forma de cero o en forma de uno. Así como tienes un hemisferio derecho y un hemisferio izquierdo para relacionarte con la dualidad de la vida cotidiana, te sirve para procesar el mundo con tu cerebro, para elegir unir desde el corazón en conexión con el alma, elegir que lo que sucede en la vida es por amor, el amor que lo acaba uniendo todo, sea en la forma que sea, tarde el tiempo que tarde, que no es relevante en la vida eterna y natural.
Hoy en lugar de invitarte, tomo una ación que comparto contigo, reservar la palabra inteligencia para nombrar los reinos que habitan en Gaia, los que se ven y los que no se ven, los que aceptamos como conocidos y los que viven entre los otros de forma mimetizada, como entre líneas, además de lo que desconocemos que es la mayoría.
El resto seguiré nombrandolos como medios, que podemos usar. Como usamos un bolígrafo para escribir un poema de amor, que no se sabe ni como sale, ni de dónde, ni debido a que, dicen que es por amor.