volar
septiembre 4, 2024Inteligere
septiembre 6, 2024decir
Es una maravilla cada vez que una persona se atreve a decir algo que lleva un tiempo en silencio, algo de alguna situación que siente trasladar a su pareja, familiar directo o compañero de actividad laboral, vamos alguien con el que te encuentras a diario, pero que no acaba de salir debido a algún tipo de miedo.
La palabra sincera y calmada acerca de una situación, es de las experiencias más poderosas en la resolución de cualquier conflicto entre las personas y sus relaciones personales. Al expresarla, es la intención, lo que facilita la experiencia. Es lo poderoso de la apertura desde la vulnerabilidad, una comunicación carente de estrategia o interés por el resultado en la conversación.
Es curioso como la persona al expresarse de esta manera, en nuestros encuentros, donde se encuentra en un espacio de confianza, solo al decirlo, al nombrar la situación, se produce un efecto de ligereza, desbloqueo y salud. Es como si fuese un espacio de simulación donde se atreve con la conversación que siente mantener con otra persona, otra situación, etc.
Los ojos de la persona brillan de una nueva forma, se le cambian hasta los rasgos de la cara, el color de la piel, aparece un brillo que es peculiar, sólo por hablar sin esperar nada a cambio ya que no es conmigo con quien está en conflicto.
Parece que debido a la comunicación digital de nuestros tiempos, que entre otras cosas promueve la comunicación en diferido, las personas se están desconectando de conversar de forma aunténtica, abierta, vulnerable, sencilla y natural, con las consecuencias que esto está generando, sobre todo en las nuevas generaciones, aunque también se está dando en muchos adultos.
Además de seguir desconectados de la conversación con el resto de los seres que habitan en este planeta, aunque como siempre la paradoja está servida en nuestros tiempos a través de las actividades que se están desarrollando con la inteligencia artificial para comprender el lenguaje de otros seres vivos como por ejemplo árboles, delfines, ballenas. ¿Será que es mejor idea conversar con una ballena o con un árbol que con algunas personas?.
Hoy te invito a la práctica de atreverte a compartir en persona, lo que sientes con alguien con el que hace un tiempo considerable en el que piensas para compartir algo esencial entre tu vida y la suya.
ES posible que tenga relación con algo que te incomoda sentir. También ES posible que tenga relación con algo que te produce amor profundo. Aunque no lo permites en el nombre de algún argumento de los que se te ocurren para no decirlo. En una o en otra situación, servirán para unirse en tu corazón, son experiencias necesarias que te animan a confiar en aquello que sientes.
Lo que resuena en tu interior, quiere ser reconocido, primero por ti mismo, después ofrecerlo con quien sea que esté relacionado. Expresarse de manera espontánea es maravilloso, cuando entregas el mensaje en una actitud de amor, de dar y recibir de manera abierta. Para ello recibir también resulta vital en estos tiempos. Aprender a recibir, sentirse receptor de la vida. No solo un emisor, en ello estriba el equilibrio de la comunicación.
En las conversaciones que mantengo desde hace años con las personas a las que acompaño siempre aparece la paradoja o comentario: “con lo sencillo que sería diciendo lo que sentimos de manera natural en las situaciones en la vida cotidiana”. Entonces ¿qué es lo que nos lleva a no hacerlo con sus diversas formas? para complicarnos la vida con estrategías, ocultando lo que sentimos, creando dobles vidas, ofreciendo otra versión, de tu actualidad.
Compartir con el contraste de dar y recibir. Experiencia sencilla y humana en las relaciones, ¿podrá la inteligencia artificial ofrecerlo?. ¿Como es posible que algunas personas se enamoren de la tecnología?. Parece difícil, ya que lo que te dirá será debido a que estará programada, o auto programada para todo aquello que se te ocurra que quieres escuchar y te lo ofrecerá. Aunque pensandolo bien, no es nuevo, eso ya pasa entre las personas en los ámbitos laborales y personales.
Gracias al flow contamos con el amor. Contamos con la referencia de la belleza que aparece cuando una pareja hace el amor, de manera auténtica. Se abre un espacio de entrega de ambos, donde se sabe, aunque no se pacta, ni se acuerda en un inicio. Se abren a un estado de confianza en la situación donde dar y recibir, que lleva a la pareja a una experiencia de confluir, donde ser uno.
Restaurar la práctica de hacer el amor con todo, por ejemplo entregar nuestra mano para restaurar conversaciones naturales sentidas y relacionadas con la vida cotidiana. Darnos la mano abierta para conversar, sentir en esa unión el encuentro donde hay interés por coincidir. Tiempos de asombro, quien sabe lo que nos deparan estos tiempos.
La palabra sincera y calmada acerca de una situación, es de las experiencias más poderosas en la resolución de cualquier conflicto entre las personas y sus relaciones personales. Al expresarla, es la intención, lo que facilita la experiencia. Es lo poderoso de la apertura desde la vulnerabilidad, una comunicación carente de estrategia o interés por el resultado en la conversación.
Es curioso como la persona al expresarse de esta manera, en nuestros encuentros, donde se encuentra en un espacio de confianza, solo al decirlo, al nombrar la situación, se produce un efecto de ligereza, desbloqueo y salud. Es como si fuese un espacio de simulación donde se atreve con la conversación que siente mantener con otra persona, otra situación, etc.
Los ojos de la persona brillan de una nueva forma, se le cambian hasta los rasgos de la cara, el color de la piel, aparece un brillo que es peculiar, sólo por hablar sin esperar nada a cambio ya que no es conmigo con quien está en conflicto.
Parece que debido a la comunicación digital de nuestros tiempos, que entre otras cosas promueve la comunicación en diferido, las personas se están desconectando de conversar de forma aunténtica, abierta, vulnerable, sencilla y natural, con las consecuencias que esto está generando, sobre todo en las nuevas generaciones, aunque también se está dando en muchos adultos.
Además de seguir desconectados de la conversación con el resto de los seres que habitan en este planeta, aunque como siempre la paradoja está servida en nuestros tiempos a través de las actividades que se están desarrollando con la inteligencia artificial para comprender el lenguaje de otros seres vivos como por ejemplo árboles, delfines, ballenas. ¿Será que es mejor idea conversar con una ballena o con un árbol que con algunas personas?.
Hoy te invito a la práctica de atreverte a compartir en persona, lo que sientes con alguien con el que hace un tiempo considerable en el que piensas para compartir algo esencial entre tu vida y la suya.
ES posible que tenga relación con algo que te incomoda sentir. También ES posible que tenga relación con algo que te produce amor profundo. Aunque no lo permites en el nombre de algún argumento de los que se te ocurren para no decirlo. En una o en otra situación, servirán para unirse en tu corazón, son experiencias necesarias que te animan a confiar en aquello que sientes.
Lo que resuena en tu interior, quiere ser reconocido, primero por ti mismo, después ofrecerlo con quien sea que esté relacionado. Expresarse de manera espontánea es maravilloso, cuando entregas el mensaje en una actitud de amor, de dar y recibir de manera abierta. Para ello recibir también resulta vital en estos tiempos. Aprender a recibir, sentirse receptor de la vida. No solo un emisor, en ello estriba el equilibrio de la comunicación.
En las conversaciones que mantengo desde hace años con las personas a las que acompaño siempre aparece la paradoja o comentario: “con lo sencillo que sería diciendo lo que sentimos de manera natural en las situaciones en la vida cotidiana”. Entonces ¿qué es lo que nos lleva a no hacerlo con sus diversas formas? para complicarnos la vida con estrategías, ocultando lo que sentimos, creando dobles vidas, ofreciendo otra versión, de tu actualidad.
Compartir con el contraste de dar y recibir. Experiencia sencilla y humana en las relaciones, ¿podrá la inteligencia artificial ofrecerlo?. ¿Como es posible que algunas personas se enamoren de la tecnología?. Parece difícil, ya que lo que te dirá será debido a que estará programada, o auto programada para todo aquello que se te ocurra que quieres escuchar y te lo ofrecerá. Aunque pensandolo bien, no es nuevo, eso ya pasa entre las personas en los ámbitos laborales y personales.
Gracias al flow contamos con el amor. Contamos con la referencia de la belleza que aparece cuando una pareja hace el amor, de manera auténtica. Se abre un espacio de entrega de ambos, donde se sabe, aunque no se pacta, ni se acuerda en un inicio. Se abren a un estado de confianza en la situación donde dar y recibir, que lleva a la pareja a una experiencia de confluir, donde ser uno.
Restaurar la práctica de hacer el amor con todo, por ejemplo entregar nuestra mano para restaurar conversaciones naturales sentidas y relacionadas con la vida cotidiana. Darnos la mano abierta para conversar, sentir en esa unión el encuentro donde hay interés por coincidir. Tiempos de asombro, quien sabe lo que nos deparan estos tiempos.