Hoy te escribo desde un estado de ánimo más vulnerable debido a un resfriado de esos que se siente dolor hasta en el último trocito del cuerpo. El dolor en ocasiones nos lleva a rendirnos, es una invitación a detenernos, es una de sus funciones, detener lo que llamamos el mundo para abrirte a ir más allá de donde te encuentres del Camino.
Es otra de las experiencias asombrosas en estos últimos años, descubrir la fuerza que conlleva la apertura, la vulnerabilidad como la mejor protección del ser humano. Hoy tenía previsto viajar a Barcelona para un encuentro, aunque el flow tenía otro plan, que pasara el equinoccio en casita con el cuidado de la delicia del amor por la vida.
El dolor nos lleva a ese estado, la mayoría de veces de forma inesperada, nadie de manera voluntaria pide una sesión de dolor. Aunque nos podríamos preguntar qué es entonces lo que sucede y cuando estamos en los tiempos donde más dolor hay en el mundo, con sus diversas formas.
Una realidad que en sí misma se hace incómoda, se hace dolorosa aceptarla y como nos decía Esteve Humet, solo ES posible trascenderla desde la confianza en el amor por la vida, trascendiendo el ego o nuestra particular visión del mundo conocido hasta este instante.
Gracias al flow por mucho dolor que se genera a diario por parte del ser humano, las experiencias creativas que inspiran y encarnan el amor por la vida siempre han sido y son mayores. El dolor es inherente al ser humano, sufrir solo es una opción.
Sentir dolor nos recuerda una de los valores más poderosos, la humildad. La humildad es uno de los valores que nos facilitan no caer en las cosas del mundo, como la velocidad con la que se trata la vida y las apariencias de la misma. Caer como forma de nombrar a lo que te arrastra, a lo que apaga la luz de tu alma que se manifiesta en la tristeza de corazón. El dolor y la tristeza son dos indicadores que te avisan de la situación de tu rumbo.
No es algo que te lo produzca el mundo, sea en el nombre de lo que quieras nombrar, sino que el mundo te sirve para que puedas reconocerlo, dando gracias a cada paso, sea a través de sentir el dolor o de sentir la comodidad, las dos sirven. Si el dolor o incomodidad llega a tu existencia, es el momento de abrirte, postrarte, inclinarte, abrazarlo para relacionarte con él, soltar la rigidez de la resistencia, dejar que el dolor haga su parte, preguntarle ¿qué traes?.
Nada es casual. El flow recorre la existencia desde su visión total y tú eres parte de esa totalidad. Cuando veas que suceden cosas incómodas en tu vida y te preguntes por qué te suceden a ti o en este momento. Toma el tiempo para ver cómo encaja todo y verás que hay motivos para todo. Las razones pueden no ser siempre las que esperabas, pero, no obstante, estar dispuesto a aceptarlas, aprender de ellas, y no luchar contra ellas, es lo que amplia tu confianza y amor por la vida.
Descansar y confiar en la incomodidad de lo que nos duele, habla más del momento de tu Camino que de algo que esté fuera. El dolor colabora con la apertura al Amor, mejor dicho colabora con desvelar a la ausencia de amor que llamamos temor.
El dolor nos detiene para tomar consciencia a través del cuidado, que tratarnos como un ser humano valioso nos hace más fuertes ES posible con la calma y el coraje de amar. Ama como si nunca te hubiesen herido, nos dice la doctora Inma Nogués en la película documental Un Latido.
Ahí te dejo hoy la invitación a inclinarte ante aquello que te produce temor o un dolor, sea físico, emocional, mental o espiritual, solo escuchar ya produce alivio del dolor, ya que la sorpresa de darnos cuenta suele llegar con la actitud de confianza y de adoración de la delicia de la vida tal como sucede.
Esteve Humet nos habla en ela película documental del dolorcito rico, se lo oyó a su madre mientras iba rompiendo aguas caminando hacia el hospital cuando iba a dar a luz a otro de sus hijos. Decía: "ay que dolorcito más rico, que dolorcito más rico" y Esteve se daba cuenta de que el dolor también conlleva la parte de como interpretas ese dolor.
La naturaleza de la vida es sencilla. Una flor no lucha por abrirse bajo los rayos del sol, ¿por qué deberías luchar tú por abrirte bajo los rayos, la influencia del flow? Si lo haces, es por tu propia iniciativa y no es parte del flow. La sencillez es la marca del flow, así que mantener una vida sencilla es sinónimo de promover el flow.