Leer es una actividad que de forma sorprendente, si se lo hubieran dicho a Gutenberg no lo creería, se ha convertido en medicinal. Ya no solo por el contenido, sino por la actividad si misma de entregarse a un espacio y tiempo de lectura, fuera de cualquier tipo de pantalla que muestra datos, en forma de texto, audio o audiovisual.
En estos momentos prácticamente todas las actividades humanas son a base de ritmo frenético en esta parte del siglo XXI, así creo que lo nombraran en el futuro, además añadiendo de forma extrañada: “¿qué sería lo que les llevaba a vivir de esa manera?.
Puede ser que casi todo lo que se hace dentro de lo que llamamos vivir ¿se habrá vuelto correr y competir para consumir?. Sin aprecio por la profundidad, ni la presencia en cocinar, cantar, comer, vacaciones, trabajar, hacer el amor, hasta a dormir se va a la carrera tomando diferentes posibilidades en forma de comprimidos para sobreestimular la melatonina. ¿Es vivir una competición contra el reloj?. Entiendo a muchos adolescentes, gente joven que encuentran este panorama y les lleva a reflexiones contra natura.
Entonces cualquier actividad que podamos restaurar, que nos facilite no caer en la aceleración, a la que llevan las noticias. Y cómo se entregan las noticias, ofreciendo de forma continuada, que la amenaza es lo más relevante de la vida cotidiana. Sin tener en cuenta el resto de lo que sucede, todas las cosas que suceden también a la vez, como por ejemplo las personas que en estos momentos estarán haciendo el amor de muchas formas, el amor por la vida.
En mi caso todos los días trato con personas que están animadas a restaurar el equilibrio en sus vidas, están en acción, tomando sus nuevos rumbo con coraje y entusiasmo por el amor, para no dejarse llevar por este oleaje de unos tiempos convulsos, llenos de distopía continuada y polarizada.
Hoy por ejemplo encontré en varios momentos de este mismo día varias experiencias. A un profesor de universidad en EEUU que lleva más de 15 años intentando quitarse la vida sin éxito, con creatividad de esto ha hecho un libro. Describe como una sensación de autodesprecio y vergüenza es lo que le ha llevado a ese tipo de experiencias. Aunque la imagen que he visto del tipo la verdad es que parece bastante calmado y gozoso.
A la vez una mujer en Holanda, con 28 años, acaba de firmar su eutanasia para este mes de mayo. Será acompañada a dejar el cuerpo de forma voluntaria, después de muchos años con problemas mentales causantes de un impulso muy fuerte de dejar de vivir.
¿Qué nos está pasando? Esta era una de las frases que compartimos en 2017 cuando comenzamos a estrenar la película documental Un Latido en varias ciudades de la península ibérica, después en India y el verano pasado en Colombia y Costa Rica. Una pregunta que está más clara que hace 7 años, en estos momentos hay que seguir nombrandola.
Ayer veía un anuncio comercial de un banco español muy conocido que sugería a sus clientes o posibles un estado al que llama: “bienestando” ay ay ay. Vamos que el anuncio te viene a decir que si te vas con ellos vas a vivir en el bien estar.
Cada día que pasa, tiene más sentido, que regresemos a los cines como estamos coordinando en estas próximas semanas. Regresar con Un Latido a los cines por España para además comenzar a hablar sobre la nueva serie documental que estamos creando.
Sobre todo cuando he visto hoy también a una afamada psiquiatra española, hija de un afamado psiquiatra español, recetar algunas cosas para recuperar la mente y recuperar la vida. Una de las cosas que receta ella en su nuevo libro es: “buscar el flow”.
Vaya, Cuando lo he leído no lo podía creer. Aunque segundos después he sentido alegría al ver como todos vamos en la misma dirección, por vías más o menos similares, sean cómodas y/o incómodas. Es una buena reflexión en estos tiempos ¿Qué actividades te proporcionan el encuentro con el flow? ya que estoy de acuerdo con ella, después de todos estos años, la verdad es que conozco algunas jejeje. Como mínimo compartir con alguien sobre ello, ya es un acción potente, en lugar de aislarse y pensar que no nos necesitamos, los unos a los otros.