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junio 18, 2024Cargar
Una de las prácticas que se han integrado en nuestra vida cotidiana es cargar, y en esta ocasión no se trata de cargar con el peso de tantas cosas que nos producen una experiencia llena de quehaceres. Cosas que resolver aunque sin poder acabar el día con una sensación placentera de calma gustosa.
Llevar una vida con cargas es similar a estar en una cárcel intangible, una prisión autoimpuesta sin la necesidad de vigilantes de seguridad. Tú mismo eres el vigilante que impone, somete, obliga y finalmente se siente esclavo de unas ideas que además son como el humo.
Dejando por ahora estas cargas acerca de las que compartiré en otro momento, sí que buscamos en la vida cotidiana, en varios momentos y situaciones para cargar. Cargar la batería, la del ordenador portátil, el teléfono o cualquier dispositivo que funcione con la energía, que en estos tiempos y cada vez más, se genera con el sol, energía solar.
La del sol invictus que aporta ese calor nutritivo y útil para tantas cosas aunque tiene una utilidad preciosa que es recordarnos que ese sol también reside en nosotros. Llevamos un sol con nosotros, tú llevas un sol que desde que llegaste a la Tierra está bien cargado de energía para amar.
Así como el sol la entrega de manera continua, ES posible que en tu caso también lo sea. Entregar el amor del sol que eres en la Tierra, que irradie allí por donde estés. Desde, lo más íntimo de tu vida, con quien sea tu familia, biológica o elegida, para pasar después a las amistades, las actividades laborales o incluso en tu comunidad.
Tu sol se carga de forma diferente, no tanto buscando donde enchufarse, como por ejemplo tal como se aprecia en las abarrotadas zonas de los aeropuertos donde las personas que viajan, buscan enchufarse en esa zona para recargar dispositivos que recuerda en ocasiones a las antiguas áreas de fumadores, donde se podía ver a un montón de gente recargarse de nicotina.
Este sol que llevas, el sol que eres se recarga entregando ese amor, mientras más ofreces, entregas, más se siente su consecuencia, la alegría, creatividad original, soberanía natural, dicha calmada, complicidad auténtica y gracia plena en confianza con el amor por la vida en tu existencia, manifestación del origen, aquí, ahora.
Llevar una vida con cargas es similar a estar en una cárcel intangible, una prisión autoimpuesta sin la necesidad de vigilantes de seguridad. Tú mismo eres el vigilante que impone, somete, obliga y finalmente se siente esclavo de unas ideas que además son como el humo.
Dejando por ahora estas cargas acerca de las que compartiré en otro momento, sí que buscamos en la vida cotidiana, en varios momentos y situaciones para cargar. Cargar la batería, la del ordenador portátil, el teléfono o cualquier dispositivo que funcione con la energía, que en estos tiempos y cada vez más, se genera con el sol, energía solar.
La del sol invictus que aporta ese calor nutritivo y útil para tantas cosas aunque tiene una utilidad preciosa que es recordarnos que ese sol también reside en nosotros. Llevamos un sol con nosotros, tú llevas un sol que desde que llegaste a la Tierra está bien cargado de energía para amar.
Así como el sol la entrega de manera continua, ES posible que en tu caso también lo sea. Entregar el amor del sol que eres en la Tierra, que irradie allí por donde estés. Desde, lo más íntimo de tu vida, con quien sea tu familia, biológica o elegida, para pasar después a las amistades, las actividades laborales o incluso en tu comunidad.
Tu sol se carga de forma diferente, no tanto buscando donde enchufarse, como por ejemplo tal como se aprecia en las abarrotadas zonas de los aeropuertos donde las personas que viajan, buscan enchufarse en esa zona para recargar dispositivos que recuerda en ocasiones a las antiguas áreas de fumadores, donde se podía ver a un montón de gente recargarse de nicotina.
Este sol que llevas, el sol que eres se recarga entregando ese amor, mientras más ofreces, entregas, más se siente su consecuencia, la alegría, creatividad original, soberanía natural, dicha calmada, complicidad auténtica y gracia plena en confianza con el amor por la vida en tu existencia, manifestación del origen, aquí, ahora.