Lunes
agosto 19, 2024Rumbo
agosto 22, 2024Aceleración
Esta mañana con la primera persona a la que acompaño, hemos conversado sobre el ritmo de las experiencias que vivimos. Claro que hay un tiempo para todo, además ese tiempo puede cambiar de ritmos así como cambia tu vida. Y sino cambian los ritmos de como vives algunas experiencias, así como vas recorriendo la vida, deberías hacer una reflexión.
Asombra tomar consciencia que al desacelerar la forma en que vivimos en los modelos de consumo, surge la experiencia de una vida más vívida, profunda, gustosa, hermosa más satisfecha, por lo que con menos necesidades de consumo.
Lo he visto en multitud de ocasiones, con diversas formas, también a través de muchas técnicas, métodos, prácticas. Así como nos lo recuerdan las voces de muchas personas de la historia pasada y la de los contemporáneos a los que les toca desacelerar.
Es algo de lo que siempre se acaba hablando, escribiendo como si fuera un aviso desde hace miles de años y sin embargo, seguimos aunque cambien las formas en una especie de sueño, bucle o pesadilla de la que no se puede despertar. ¿Y entonces como es que de esto no se habla a lo largo de nuestro periodo educativo?.
Hay una fuerza que sostiene este bucle, como si fuera un agujero negro que dificulta salir de él. Conlleva un esfuerzo escapar de una vida con una inercia que se activó en algún momento de la existencia y que se ha ido alimentando de varias maneras por el miedo que se siente a detener la inercia, de la esclavitud.
Aceptar con el coraje y la humildad necesaria que ES posible parar el mundo. En lugar de pedir a diario a que el mundo cambie o que el mundo se detenga para que cambie tu mundo.
Es una evidencia que ES posible, sobre todo después de la asombrosa experiencia que hemos vivido hace pocos años, el mundo se detuvo casi por completo invitando a las personas a nivel global a ello, a parar las inercias y sin pedir permiso.
Aunque ahora en estos tiempos de cambio, lo más relevante no es eso, si es posible o no. Si no lo haces posible, sino colaboras con ello, la naturaleza lo hará por ti, va a suceder.
Vimos cómo la naturaleza de nuestro entorno tomaba otro color, los animales salvajes se acercaban al ser humano, la armonía general se restauraba en días, en pocas semanas desde la gran fuerza de regeneración que tiene la Tierra en unión con el Cosmos, una realidad bien clara.
Por eso si te sientes acelerado recuerda que eres naturaleza. Imagina lo que ES posible en tu sistema orgánico al restaurar la vida de manera orgánica, ahora lo llamamos slow life, elogio de la lentitud o términos novedosos que nos recuerdan que vivimos a toda pastilla.
Con cada persona que trato, reconoce que una de las diferencias es que después de nuestros encuentros le parece que un año de su presente actual, es como cinco años de los de antes. Que curioso solo con este pequeño detalle de reconocer el poder y la fuerza de un corazón que se siente atraído por la calma, la suavidad y la ternura de un buen vivir, que ya no da permiso al maltrato.
Este nuevo corazón le aporta una profundidad que multiplica el tiempo de la vida. Es una de las primeras consecuencias, se disuelve la idea que tienes del tiempo cuando vives en aceleración continuada. La aceleración como si tu vida fuera una gran competición estilo juegos olímpicos te creará una tensión crónica que te aleja de la delicia.
Recuerda que en tu corazón reside un gran tesoro. Todos los que lo han tocado, cuando lo reconocen, ya viven sin necesidad de una aceleración sin sentido. Aunque haya una fuerza que insista en infravalorar, en enfriar la sensibilidad del corazón para apagar la pasión, el calor y su belleza. Todas las tradiciones coinciden, un buen vivir de corazón es la delicia de la experiencia como ser humano de la vida eterna y natural.
Asombra tomar consciencia que al desacelerar la forma en que vivimos en los modelos de consumo, surge la experiencia de una vida más vívida, profunda, gustosa, hermosa más satisfecha, por lo que con menos necesidades de consumo.
Lo he visto en multitud de ocasiones, con diversas formas, también a través de muchas técnicas, métodos, prácticas. Así como nos lo recuerdan las voces de muchas personas de la historia pasada y la de los contemporáneos a los que les toca desacelerar.
Es algo de lo que siempre se acaba hablando, escribiendo como si fuera un aviso desde hace miles de años y sin embargo, seguimos aunque cambien las formas en una especie de sueño, bucle o pesadilla de la que no se puede despertar. ¿Y entonces como es que de esto no se habla a lo largo de nuestro periodo educativo?.
Hay una fuerza que sostiene este bucle, como si fuera un agujero negro que dificulta salir de él. Conlleva un esfuerzo escapar de una vida con una inercia que se activó en algún momento de la existencia y que se ha ido alimentando de varias maneras por el miedo que se siente a detener la inercia, de la esclavitud.
Aceptar con el coraje y la humildad necesaria que ES posible parar el mundo. En lugar de pedir a diario a que el mundo cambie o que el mundo se detenga para que cambie tu mundo.
Es una evidencia que ES posible, sobre todo después de la asombrosa experiencia que hemos vivido hace pocos años, el mundo se detuvo casi por completo invitando a las personas a nivel global a ello, a parar las inercias y sin pedir permiso.
Aunque ahora en estos tiempos de cambio, lo más relevante no es eso, si es posible o no. Si no lo haces posible, sino colaboras con ello, la naturaleza lo hará por ti, va a suceder.
Vimos cómo la naturaleza de nuestro entorno tomaba otro color, los animales salvajes se acercaban al ser humano, la armonía general se restauraba en días, en pocas semanas desde la gran fuerza de regeneración que tiene la Tierra en unión con el Cosmos, una realidad bien clara.
Por eso si te sientes acelerado recuerda que eres naturaleza. Imagina lo que ES posible en tu sistema orgánico al restaurar la vida de manera orgánica, ahora lo llamamos slow life, elogio de la lentitud o términos novedosos que nos recuerdan que vivimos a toda pastilla.
Con cada persona que trato, reconoce que una de las diferencias es que después de nuestros encuentros le parece que un año de su presente actual, es como cinco años de los de antes. Que curioso solo con este pequeño detalle de reconocer el poder y la fuerza de un corazón que se siente atraído por la calma, la suavidad y la ternura de un buen vivir, que ya no da permiso al maltrato.
Este nuevo corazón le aporta una profundidad que multiplica el tiempo de la vida. Es una de las primeras consecuencias, se disuelve la idea que tienes del tiempo cuando vives en aceleración continuada. La aceleración como si tu vida fuera una gran competición estilo juegos olímpicos te creará una tensión crónica que te aleja de la delicia.
Recuerda que en tu corazón reside un gran tesoro. Todos los que lo han tocado, cuando lo reconocen, ya viven sin necesidad de una aceleración sin sentido. Aunque haya una fuerza que insista en infravalorar, en enfriar la sensibilidad del corazón para apagar la pasión, el calor y su belleza. Todas las tradiciones coinciden, un buen vivir de corazón es la delicia de la experiencia como ser humano de la vida eterna y natural.