Desvelar
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julio 31, 2024Ruidos
Que tendrá la calma que nuestro corazón la anhela y que curioso que durante la existencia en los modelos sociales llamamos del primer mundo es una de las cosas menos valoradas, hasta que llega tu muerte donde se suele decir: “que descanse en paz”.
A que será debido que cuando nos encontramos con un conocido, pensamos que estar muy ocupado en multitud de actividades y proyectos, del tipo que sean, todo eso es sinónimo de que nos va bien la vida, es sinónimo que estamos llevando una vida buena.
Muchos proyectos, muchas cosas que contar, explicar y ahora publicar en las redes digitales, la sociedad del volumen podríamos llamarla. El ruido es un buen ejemplo, a mayor cantidad de volumen del ruido en tu mente es más probable que sientas más necesidades.
Si observamos la historia del ser humano vemos que mientras menos necesidades tienes, menos ruido haces, sea analógico o digital, vamos sea la forma que sea. A la vez con menos necesidades más calma ES posible que destila tu existencia allí donde vayas.
Hay una relación entre calma y silencio, tanto interior como exterior. De hecho hay personas con las que trato en sus procesos de restaurar el equilibrio del corazón que sienten miedo con el silencio, tiene motivos claro, cuando entramos en el silencio, el corazón aparece siempre con su voz clara.
Hay muchas tradiciones como los Innu, tradición a la que pertenece Wally el niño de la foto, en la que el silencio es parte de su idioma, vamos que el silencio ocupa una parte muy importante, vamos que ni se hablan. Pasan grandes cantidades de tiempo en silencio, como casi todo lo que vive en la Tierra.
Se expresan con las miradas, en silencio, con la mirada expresan todo lo necesario, y como hay poca necesidad se hace sencillo. Lo decía bien Francisco de Asís que vivió una relación profunda con la naturaleza: “necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco”.
Doy gracias al flow que justo esta mañana he vivido esto mismo de forma clara, desde la mirada se establece una comunicación tan profunda que las almas son acariciadas por unos instantes cuando nos entregamos a ello.
Es precioso cuando desde esa calma, estando en la paz (en Mallorca le dicen: sa pau) ES posible encarnar la experiencia vívida de la confianza para entregarnos a la fuerza creadora para que se exprese a través de nuestra vida.
Es asombroso que en estos tiempos donde suena tanto ruido, sea analógico o digital, se comience a medir la cantidad de tiempo que un ser humano lleva auriculares en su vida cotidiana. Entiendo que da miedo el silencio, ya que es algo desconocido en estos modelos sociales inundados de ruido que llamamos el primer mundo, en el que se necesitan tantos medios para el ruido, kilómetros de servidores para almacenar todos esos ruidos.
Por eso mismo es una maravilla la experiencia de la ligereza a la que estamos siendo invitados en estos tiempos. Se debería comenzar a considerar el silencio voluntario, solo o en compañía, como uno de los grandes placeres de la vida, uno de los valores de la nueva humanidad.
A que será debido que cuando nos encontramos con un conocido, pensamos que estar muy ocupado en multitud de actividades y proyectos, del tipo que sean, todo eso es sinónimo de que nos va bien la vida, es sinónimo que estamos llevando una vida buena.
Muchos proyectos, muchas cosas que contar, explicar y ahora publicar en las redes digitales, la sociedad del volumen podríamos llamarla. El ruido es un buen ejemplo, a mayor cantidad de volumen del ruido en tu mente es más probable que sientas más necesidades.
Si observamos la historia del ser humano vemos que mientras menos necesidades tienes, menos ruido haces, sea analógico o digital, vamos sea la forma que sea. A la vez con menos necesidades más calma ES posible que destila tu existencia allí donde vayas.
Hay una relación entre calma y silencio, tanto interior como exterior. De hecho hay personas con las que trato en sus procesos de restaurar el equilibrio del corazón que sienten miedo con el silencio, tiene motivos claro, cuando entramos en el silencio, el corazón aparece siempre con su voz clara.
Hay muchas tradiciones como los Innu, tradición a la que pertenece Wally el niño de la foto, en la que el silencio es parte de su idioma, vamos que el silencio ocupa una parte muy importante, vamos que ni se hablan. Pasan grandes cantidades de tiempo en silencio, como casi todo lo que vive en la Tierra.
Se expresan con las miradas, en silencio, con la mirada expresan todo lo necesario, y como hay poca necesidad se hace sencillo. Lo decía bien Francisco de Asís que vivió una relación profunda con la naturaleza: “necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco”.
Doy gracias al flow que justo esta mañana he vivido esto mismo de forma clara, desde la mirada se establece una comunicación tan profunda que las almas son acariciadas por unos instantes cuando nos entregamos a ello.
Es precioso cuando desde esa calma, estando en la paz (en Mallorca le dicen: sa pau) ES posible encarnar la experiencia vívida de la confianza para entregarnos a la fuerza creadora para que se exprese a través de nuestra vida.
Es asombroso que en estos tiempos donde suena tanto ruido, sea analógico o digital, se comience a medir la cantidad de tiempo que un ser humano lleva auriculares en su vida cotidiana. Entiendo que da miedo el silencio, ya que es algo desconocido en estos modelos sociales inundados de ruido que llamamos el primer mundo, en el que se necesitan tantos medios para el ruido, kilómetros de servidores para almacenar todos esos ruidos.
Por eso mismo es una maravilla la experiencia de la ligereza a la que estamos siendo invitados en estos tiempos. Se debería comenzar a considerar el silencio voluntario, solo o en compañía, como uno de los grandes placeres de la vida, uno de los valores de la nueva humanidad.