Labor
octubre 2, 2024Sugerir
octubre 9, 2024Jugársela
Llevo varios años invitando a personas desde diversas experiencias a lo que llamamos tomar consciencia, ampliar el estado de la consciencia o abrir la visión en momentos de encrucijada vital, en relación con alguna área de la existencia, en la que se produce un estado de: sentirse estancado.
El Universo es una inmensa onda de energía en movimiento constante, que resuena en el campo toroidal de tu corazón, por lo que cuando te estancas como ser humano, conlleva sus consecuencias. Como se puede apreciar de forma sencilla, es similar que lo que le sucede al agua, cuando se estanca.
Aunque hoy es a mi, a quien le toca recibir y aceptar una invitación. Esta mañana a las 11:11h. he sido invitado a jugármela en una sesión al juego de la oca, si como lo lees, al juego de la oca.
La invitación es al estilo que se jugaba en el pasado cuando los templarios usaban este tablero de juego para mantener encuentros herméticos en público, en los que eran iniciados los jugadores a emprender el camino hacia el jardín de la vida eterna y natural. Y de esta manera, acepto la invitación de hoy.
La última casilla del tablero, que además el de hoy tiene forma de hexágono, aunque no se suele escribir, es la casilla 64. Sumando estos números nos da 10. O lo que es lo mismo una forma numérica de llamar al absoluto, wakan tanka, gran espíritu o como sea que lo quieras nombrar.
Curiosamente, el cero y el uno, es como se nombran también a los bits. Cero y uno, la medida más pequeña en la que se fundamenta lo que llamamos informática o tratamiento automatizado de la información.
Esta invitación a una sesión con el juego de la oca con esta intención, trae al presente la relevancia de jugar con la existencia. Estado que en ocasiones se diluye cuando sumas años a tu edad biológica en el nombre de hacerse adulto.
Es precioso en la existencia ir integrando las edades, sin deshacerte de lo que proporcionan esas edades, cuando son recorridas, con sus inicios y finales de ciclos, con lo que eso supone para tu existencia.
Claro que si no has tenido o no has cerrado la niñez, infancia, adolescencia, juventud y sigues sumando años de existencia, te va a tocar en algún momento restaurar el juego y con esto no me refiero a apuntarte a un casino, realizar apuestas a deportes, lotería o lo que el modelo de consumo nos propone como juego, sino algo muy diferente en la intención y en la forma, aunque con consecuencias de abundancia mucho mayor al jugar con la vida.
Ha sido y es asombroso cuando he podido restaurar esta actitud de jugármela. El riesgo que suponen las experiencias de vida, proyectos, etc y como han sido sus consecuencias. Como también lo he visto en las personas que acompaño, he visto a través de los encuentros con el Transformation Game, por poner un ejemplo, como le cambia la vida a las personas al atreverse a jugársela cuando están en situaciones muy estancadas incluso con síntomas graves.
Esto me recuerda a la frase de Jesús que nos invita a volver a ser como niños para que de esa forma podamos entrar en lo que llamamos el cielo como metéfora. Lo he podido presenciar de forma clara, cuando el ser humano restaura su inocencia suceden experiencias asombrosas que llamamos mágicas.
Que no es lo mismo que volver a llevar una vida infantilizada o juvenil como una moda desde la ingenuidad sino una inocencia como el estado de inspiración que sucede de manera natural al jugársela.
Te invito a jugártela, incluso a jugártela sin esperar a estar estancado, en mi caso la última vez que me la he jugado, la consecuencia ha llenado mi existencia de la delicia de la victoria de amor por la vida.
El Universo es una inmensa onda de energía en movimiento constante, que resuena en el campo toroidal de tu corazón, por lo que cuando te estancas como ser humano, conlleva sus consecuencias. Como se puede apreciar de forma sencilla, es similar que lo que le sucede al agua, cuando se estanca.
Aunque hoy es a mi, a quien le toca recibir y aceptar una invitación. Esta mañana a las 11:11h. he sido invitado a jugármela en una sesión al juego de la oca, si como lo lees, al juego de la oca.
La invitación es al estilo que se jugaba en el pasado cuando los templarios usaban este tablero de juego para mantener encuentros herméticos en público, en los que eran iniciados los jugadores a emprender el camino hacia el jardín de la vida eterna y natural. Y de esta manera, acepto la invitación de hoy.
La última casilla del tablero, que además el de hoy tiene forma de hexágono, aunque no se suele escribir, es la casilla 64. Sumando estos números nos da 10. O lo que es lo mismo una forma numérica de llamar al absoluto, wakan tanka, gran espíritu o como sea que lo quieras nombrar.
Curiosamente, el cero y el uno, es como se nombran también a los bits. Cero y uno, la medida más pequeña en la que se fundamenta lo que llamamos informática o tratamiento automatizado de la información.
Esta invitación a una sesión con el juego de la oca con esta intención, trae al presente la relevancia de jugar con la existencia. Estado que en ocasiones se diluye cuando sumas años a tu edad biológica en el nombre de hacerse adulto.
Es precioso en la existencia ir integrando las edades, sin deshacerte de lo que proporcionan esas edades, cuando son recorridas, con sus inicios y finales de ciclos, con lo que eso supone para tu existencia.
Claro que si no has tenido o no has cerrado la niñez, infancia, adolescencia, juventud y sigues sumando años de existencia, te va a tocar en algún momento restaurar el juego y con esto no me refiero a apuntarte a un casino, realizar apuestas a deportes, lotería o lo que el modelo de consumo nos propone como juego, sino algo muy diferente en la intención y en la forma, aunque con consecuencias de abundancia mucho mayor al jugar con la vida.
Ha sido y es asombroso cuando he podido restaurar esta actitud de jugármela. El riesgo que suponen las experiencias de vida, proyectos, etc y como han sido sus consecuencias. Como también lo he visto en las personas que acompaño, he visto a través de los encuentros con el Transformation Game, por poner un ejemplo, como le cambia la vida a las personas al atreverse a jugársela cuando están en situaciones muy estancadas incluso con síntomas graves.
Esto me recuerda a la frase de Jesús que nos invita a volver a ser como niños para que de esa forma podamos entrar en lo que llamamos el cielo como metéfora. Lo he podido presenciar de forma clara, cuando el ser humano restaura su inocencia suceden experiencias asombrosas que llamamos mágicas.
Que no es lo mismo que volver a llevar una vida infantilizada o juvenil como una moda desde la ingenuidad sino una inocencia como el estado de inspiración que sucede de manera natural al jugársela.
Te invito a jugártela, incluso a jugártela sin esperar a estar estancado, en mi caso la última vez que me la he jugado, la consecuencia ha llenado mi existencia de la delicia de la victoria de amor por la vida.