En las tradiciones de origen se dice que la diversidad de vida en la Tierra sustenta la belleza esencial y une en armonía cualquier diferencia con amor. Estamos en tiempos donde se está removiendo todo para restaurar el origen de lo esencial y su belleza. A la vez los modelos sociales de consumo insisten en una belleza creada por las ideas. Por ejemplo las tendencias, a lo largo de los tiempos nos dejan claro, que la belleza de las formas, los formatos de relaciones y las relaciones personales, han ido cambiando durante la historia contemporánea.
Sabemos también que no han cambiado por la evolución de impulsar las posibilidades del ser humano que vive en armonía en la Tierra, sino debido a un interés particular de incidir en el comportamiento del ser humano para atraparlo. También sabemos que esas formas de belleza estándar, no aportan más calma, armonía y gratitud en la vida cotidiana, debido a los altos niveles de desequilibrio mental con los que convivimos.
Esa belleza social nos separa, nos hace reaccionar, nos atrae, la creemos y se verá aún más claro, con las nuevas tecnologías que se aproximan. Simulando cualquier tipo de situación con los llamados efectos especiales. Por ejemplo con las llamadas relaciones con la Inteligencia Artificial que se adaptan a todo lo que la persona quiera escuchar, ver y sentir, relaciones a la carta, como los matrimonios con los robots, legales en algunos territorios.
Mientras los efectos especiales van creando realidad aumentada, situaciones visuales y auditivas sorprendentes, a la vez siempre, hay una belleza que reside en la diversidad de la humanidad, una belleza que no es oficial aunque sí es esencial y es reconocible. La belleza siempre estuvo en la Tierra, es una experiencia que nace desde el interior, espontánea, no se puede producir, nace en un instante, sucede. Es posible y se encuentra entre el resto.
Ayer re encontré unas imágenes que desvelan cómo algunas palabras viven escondidas en la memoria de algunas tradiciones. Ya que algunos textos oficiales no reflejan la belleza de la verdad. Por ejemplo el origen de la palabra flamenco o faralaes. Muchas palabras se nombran en Andalucía, aunque no se conoce cual es el origen, donde durante siglos hubo una convivencia entre la diversidad de los seres humanos que la habitaron, de diversas tradiciones, culturas, creencias, profesiones, religiones, etc.
En el documental “Las llaves de la memoria” se narra, entre otras cosas, la diferencia entre la historia oficial, la que se suele escribir por los que vencen en las ocupaciones y los que son ocupados. La diferencia entre la historia escrita, institucionalizada y la experiencia oral que se cuentan de familias en familias y que mantienen la diversidad de las situaciones que suceden sobre todo en los conflictos cuando unos someten a otros para excluirlos.
Nada nuevo bajo el sol, nos encontramos ahora con fuerzas que nos separan de la belleza de la Vida que nos animan a restaurar la fuerza que nos une con la belleza de vivir uniendo etapas, relaciones, situaciones en lugar de dejarlas en el olvido pensando que es una posibilidad que no afecta. Apreciar la diversidad de pensar, sentir, en las relaciones. El documental habla de unos siglos donde la diversidad convive sin la polarización de estos tiempos donde la exageración de las sensibilidades, está tomando formas extremas en el nombre de lo que cada uno quiera argumentar para no abrazar al miedo.
Que tiempos tan curiosos donde la fuerza de la polarización, la separación produce un efecto tremendo. Multitud de tentaciones en la vida cotidiana de separarse de cualquier persona, por cualquier motivo o razón. Cada día comparto con personas que comparten situaciones de este tipo. Ya en el tiempo del confinamiento sucedía, como las amistades o las familias se peleaban por la relación que cada uno mantenía con vacunarse. Como estos tiempos lo están removiendo todo, por dentro y por fuera.
Es un maravilloso momento para tomar consciencia de lo que nos sucede, sobre todo si la situación sucede con las relaciones que nos importan, por las que sentimos amor, las que consideramos de valor, que no tienen precio, que no se pueden comprar, relaciones que sentimos únicas, auténticas, relaciones en peligro de extinción.
Por eso es tiempo de apertura para que el amor sea lo que guíe tus latidos, que como consecuencia te lleve a reflexionar sobre tus acciones, para no seguir repitiendo patrones y bucles de los que estás cansado y que te llevan a vivir en el día de la marmota. Apertura para poder morir, transformar lo que ya está caducado, lo que no puede seguir hacia el porvenir que inevitablemente vamos. El amor invita, no se pone de mala ostia o de malfario.
Es una de las palabras que descubrí ayer en el documental acerca de la cultura Andalusí. Malfario, proviene de “Farah” palabra árabe que significa alegría. Una persona con mal-fario es alguien con una mala alegría. Otro ejemplo es faralaes, proviene de farah y lebs, ya que lebs en árabe es traje, faralebs - faralaes. Otras como jarana (‘jaram’, lo prohibido), que es ir de fiesta. También flamenco (‘felah-menkub’). ‘Felah’ es campesino y ‘menkub’ es cuando eres un marginado y un excluido.
Restaurar la memoria, las emociones nos lo facilitan. Por eso es tan sorprendente desvelar las emociones en lugar de vivir sometidos por ellas. Aunque claro para eso hay que aceptarlas, nombrarlas, tirar del hilo para que te lleven a los tesoros que hay detrás del gran escenario que se repite. Escenario tras escenario montado, que tapa el origen de la Vida y la bella diversidad en este precioso lugar, el lugar de la diversidad que genera armonía.
Por eso es tan asombroso ver cómo las personas en la experiencia del Camino que hacemos juntos, al restaurar los valores que tratamos cada semana se generan consecuencias preciosas. Restaurar cualquier cosa que aporte claridad en la vida del ser humano siempre trae calma y confianza, sobre todo en estos tiempos.
Son tiempos donde las relaciones de valor son las que aceptan lo que hay, donde nos relacionamos compartiendo la verdad de lo que sentimos dejando que la confianza se ocupe de todo, no hay interés de quedar bien o simular, hay interés por convivir e incluir. Se abraza la diversidad que sienta de maravilla.
Darnos cuenta de la belleza que se da en el complementarse. Nos saca de la trampa de la uniformidad, sobre todo en estos tiempos de tendencias mentales a la extrema polaridad, aunque la espontaneidad también de estos tiempos es clave para disolver cualquier, bloqueo, resistencia y cualquier malfario que lo que está diciendo es: “también quiero ser buen fario”, buena alegría, vivir una buena vida en este precioso planeta, mantener tu diversidad auténtica con la intención de mostrar lo que eres e incluirte en estos tiempos, recordar la frase de mi hermano Fernando: "sobre todo nunca te aisles."