
Sonreir
mayo 30, 2024
Vacío
junio 3, 2024Corriendo
“Las personas van corriendo como los animales” es una de las frases que escuché a María Apaza en una de las asombrosas conversaciones en la experiencia creativa con la película documental. Uno de los seres humanos con los ojos más brillantes que he visto. El brillo que irradiaba de un corazón muy grande, en el cuerpo de una mujer que no llega a 1,5 mts.
Es un misterio ese brillo natural que se percibe en algunos seres humanos, ese brillo en sus ojos conectados con el flow, se dice que en los ojos ES posible apreciar el Alma de la persona que tienes delante.
María irradia bondad y fuerza a la vez, la que no se aprecia en las personas que nos muestran cómo las más poderosas del mundo, al revés, lo que se suele ver en algunas de esas personas es como si no hubiese nadie, ahí dentro.
En esa conversación ella explicaba muchas cosas de forma paciente acerca del Munay, la forma de llamar al Amor por parte de la tradición de los Inca. Ella es del pueblo Q’ero, es la primera mujer Alto Misayoc, gracias a la bendición de un rayo que le cayó encima cuando era pequeña.
Gracias a que estaba Maco su traductora, puede comprender todo lo que ella narraba en Quechua, como por ejemplo esa frase en la que decía con calma: “veo a muchas personas en estos tiempos, que están tan desorientadas que corren como los animales”.
Se refería a cualquier reacción que te lleve a la prisa, uno de los virus intangibles que más está impactando en la vida del ser humano, en plan síndrome de la rana hervida. Es todo un reto detener esa inercia que hemos heredado, aprendido, integrado como una manera natural de vivir sin ser conscientes hacia donde nos lleva, de hecho hay personas que dicen de forma literal: "ni lo quiero parar a pensar".
Aunque la buena noticia es que a diario contamos con experiencias que nos invitan a parar, somos invitados a diario por actos de Amor por la Vida, que están en medio de todas esas carreras. Desde hace un tiempo, pienso que es la mayoría de lo que sucede. Vamos que hay más motivos para parar a apreciar, que motivos para salir corriendo, sea en la forma que sea que corras.
Te animo a colaborar con estos tiempos donde ES posible la práctica de restaurar el origen al detener las inercias que te llevan a correr, sumarte a la gran masa como animales en una estampida. Correr de manera física acabando el día agotado, de manera emocional quedando con un vacío sin fin, de manera mental con el síndrome psp, pensar sin parar y de manera espiritual buscando alcanzar algo que no eres.
Encontramos desde llamarle hacer carrera a la experiencia creativa, hasta llamar en castellano correrse al orgasmo. Un pequeño detalle, ¿como ES posible? que en dos de las experiencias maravillosas y preciosas que nos facilitan apreciar el Amor por la Vida, la creatividad y las relaciones sagradas, están vinculadas con correr, con atrapar algo.
Y mientras más corres, más velocidad, y a la vez se incrementa la sensación del miedo a parar, parece que vas a morir. Y algo hay de cierto en la sensación. Y vaya paradoja, sino paras más se te escapa la vida como la arena fina de una playa del Sur de Menorca. Es buen momento para la compasión, paciencia, calma, confianza.
¿Será un verano para correr? Ayer el dependiente de una tienda comentaba que ya comienza a encontrarse personas que llegan de vacaciones, trayendo toda la prisa con la que viven a diario, prisa con la que no les da tiempo de hacer todo lo que llevan pensando durante el año. Y a la vez se acercan las asombrosas fiestas de Sant Joan de Ciutadella, el solsticio es un buen momento para echar al fuego todo lo que te hace correr y ser bañado por el Amor por la Vida.
Es un misterio ese brillo natural que se percibe en algunos seres humanos, ese brillo en sus ojos conectados con el flow, se dice que en los ojos ES posible apreciar el Alma de la persona que tienes delante.
María irradia bondad y fuerza a la vez, la que no se aprecia en las personas que nos muestran cómo las más poderosas del mundo, al revés, lo que se suele ver en algunas de esas personas es como si no hubiese nadie, ahí dentro.
En esa conversación ella explicaba muchas cosas de forma paciente acerca del Munay, la forma de llamar al Amor por parte de la tradición de los Inca. Ella es del pueblo Q’ero, es la primera mujer Alto Misayoc, gracias a la bendición de un rayo que le cayó encima cuando era pequeña.
Gracias a que estaba Maco su traductora, puede comprender todo lo que ella narraba en Quechua, como por ejemplo esa frase en la que decía con calma: “veo a muchas personas en estos tiempos, que están tan desorientadas que corren como los animales”.
Se refería a cualquier reacción que te lleve a la prisa, uno de los virus intangibles que más está impactando en la vida del ser humano, en plan síndrome de la rana hervida. Es todo un reto detener esa inercia que hemos heredado, aprendido, integrado como una manera natural de vivir sin ser conscientes hacia donde nos lleva, de hecho hay personas que dicen de forma literal: "ni lo quiero parar a pensar".
Aunque la buena noticia es que a diario contamos con experiencias que nos invitan a parar, somos invitados a diario por actos de Amor por la Vida, que están en medio de todas esas carreras. Desde hace un tiempo, pienso que es la mayoría de lo que sucede. Vamos que hay más motivos para parar a apreciar, que motivos para salir corriendo, sea en la forma que sea que corras.
Te animo a colaborar con estos tiempos donde ES posible la práctica de restaurar el origen al detener las inercias que te llevan a correr, sumarte a la gran masa como animales en una estampida. Correr de manera física acabando el día agotado, de manera emocional quedando con un vacío sin fin, de manera mental con el síndrome psp, pensar sin parar y de manera espiritual buscando alcanzar algo que no eres.
Encontramos desde llamarle hacer carrera a la experiencia creativa, hasta llamar en castellano correrse al orgasmo. Un pequeño detalle, ¿como ES posible? que en dos de las experiencias maravillosas y preciosas que nos facilitan apreciar el Amor por la Vida, la creatividad y las relaciones sagradas, están vinculadas con correr, con atrapar algo.
Y mientras más corres, más velocidad, y a la vez se incrementa la sensación del miedo a parar, parece que vas a morir. Y algo hay de cierto en la sensación. Y vaya paradoja, sino paras más se te escapa la vida como la arena fina de una playa del Sur de Menorca. Es buen momento para la compasión, paciencia, calma, confianza.
¿Será un verano para correr? Ayer el dependiente de una tienda comentaba que ya comienza a encontrarse personas que llegan de vacaciones, trayendo toda la prisa con la que viven a diario, prisa con la que no les da tiempo de hacer todo lo que llevan pensando durante el año. Y a la vez se acercan las asombrosas fiestas de Sant Joan de Ciutadella, el solsticio es un buen momento para echar al fuego todo lo que te hace correr y ser bañado por el Amor por la Vida.
