Extinción
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¿Hay alguien ahí? Es lo que a veces parece que le serviría escuchar a las personas en este tiempo de la prisa donde los latidos de los corazones son invitados a diario a ir a toda pastilla a una velocidad que los aleja de lo maravilloso de la existencia en una vida eterna y natural.
A veces imagino a uno de esos expertos que hipnotiza a la gran masa en el nombre de la ciencia, la tecnología y los diferentes roles. Son los nuevos aristócratas de los modelos sociales de consumo, mostrando una estadística de la cantidad de malos entendidos, confusiones y pérdidas de energía humana y vidas, que genera el no estar en el encuentro con el otro. Entendiendo cualquier otra cosa de la que tenía intención trasladar la palabra del emisor, el contacto o incluso la mirada. Por ejemplo en ocasiones imagino al mismo Jesús, alucinando acerca de lo que se ha entendido, de lo que él trasladó y lo que se ha hecho con ello en la Tierra.
Cada vez más, se están proponiendo multitud de actividades, sobre todo en fin de semana, por un número cada vez más grande de personas para facilitar a otras la invitación a restaurar la conexión con la maravilla, con lo maravilloso que reside en ellos. En lugar de perseguirlo en las series de las grandes plataformas de video o productos audiovisuales en streaming para captar la atención del ser humano, como se hizo con la televisión en la segunda mitad del siglo XX.
Es asombroso, todo un misterio, como no reconocemos la maravilla que reside en nuestro corazón. Todo un misterio que seres humanos con un corazón precioso, valores con una belleza sanadora, que sienten un aprecio inmenso por la vida, con una relación sentida con la naturaleza tremenda y, a la vez, no sienten esa maravilla por ellos mismos.
Una de las experiencias más asombrosas que he vivido y vivo a diario con las personas que coincido, atiendo y comparto. Además es la que también he vivido en primera persona y que cuando recuerdo en perspectiva, me sigue asombrando lo que yo podía pensar, sentir y hacer.
Una especie de amnesia que veo que forma parte del Camino. El de darse cuenta que ES posible que lo que el corazón del ser humano siente, es como un anhelo que va más allá de sus propios gustos, intereses e ideas. Un sueño que algunas personas sentimos a diario. Otro mundo ES posible desde el corazón y entre todos lo estamos conformando en la Tierra.
Es natural que viviendo a la carrera, con tantos factores de desorientación y despiste como la gran oferta del mundo, la experiencia de vivir se haga una inacabable lista o conjunto de objetivos y logros al estilo de trofeos deportivos. Por lo que, te invito ahora mismo a que te separes de estas líneas por unos instantes para pasar a una práctica.
Separarte del dispositivo para cerrar los ojos, poner intención en sentir tu corazón, para facilitar el estado respira llenando de aire tus pulmones, en varias ocasiones, hasta que sientas la calma necesaria que te haga sentir un estado como si fueras a dejar el cuerpo, sí tal como lo oyes, como si fueras a morir, sin buscar un estado perfecto de estar muerto, confía en tu intuición, te informará de ello.
Siente de la manera más honesta contigo el reconocer los instantes en los que has percibido la vida en su forma más plena, dichosa y con gracia. Te invito a que lo hagas ahora, solo te llevará unos pocos minutos de existencia, aunque su beneficio es para siempre. Atrévete, hazlo ahora mismo, vé y te espero para acabar las últimas líneas de hoy.
Celebro contigo que te hayas entregado a la práctica, como ves, no te mueres. Esto supone que cuentas con la posibilidad de sentir de forma clara, tranquila, en calma, que SÍ, hay alguien ahí. Alquien maravilloso como Alicia asombrada por las maravillas, alguien eterno y natural en esta vida, un Alma que siente ser Un Latido Universal en la Tierra, de hecho nunca habías dejado de serlo.
A veces imagino a uno de esos expertos que hipnotiza a la gran masa en el nombre de la ciencia, la tecnología y los diferentes roles. Son los nuevos aristócratas de los modelos sociales de consumo, mostrando una estadística de la cantidad de malos entendidos, confusiones y pérdidas de energía humana y vidas, que genera el no estar en el encuentro con el otro. Entendiendo cualquier otra cosa de la que tenía intención trasladar la palabra del emisor, el contacto o incluso la mirada. Por ejemplo en ocasiones imagino al mismo Jesús, alucinando acerca de lo que se ha entendido, de lo que él trasladó y lo que se ha hecho con ello en la Tierra.
Cada vez más, se están proponiendo multitud de actividades, sobre todo en fin de semana, por un número cada vez más grande de personas para facilitar a otras la invitación a restaurar la conexión con la maravilla, con lo maravilloso que reside en ellos. En lugar de perseguirlo en las series de las grandes plataformas de video o productos audiovisuales en streaming para captar la atención del ser humano, como se hizo con la televisión en la segunda mitad del siglo XX.
Es asombroso, todo un misterio, como no reconocemos la maravilla que reside en nuestro corazón. Todo un misterio que seres humanos con un corazón precioso, valores con una belleza sanadora, que sienten un aprecio inmenso por la vida, con una relación sentida con la naturaleza tremenda y, a la vez, no sienten esa maravilla por ellos mismos.
Una de las experiencias más asombrosas que he vivido y vivo a diario con las personas que coincido, atiendo y comparto. Además es la que también he vivido en primera persona y que cuando recuerdo en perspectiva, me sigue asombrando lo que yo podía pensar, sentir y hacer.
Una especie de amnesia que veo que forma parte del Camino. El de darse cuenta que ES posible que lo que el corazón del ser humano siente, es como un anhelo que va más allá de sus propios gustos, intereses e ideas. Un sueño que algunas personas sentimos a diario. Otro mundo ES posible desde el corazón y entre todos lo estamos conformando en la Tierra.
Es natural que viviendo a la carrera, con tantos factores de desorientación y despiste como la gran oferta del mundo, la experiencia de vivir se haga una inacabable lista o conjunto de objetivos y logros al estilo de trofeos deportivos. Por lo que, te invito ahora mismo a que te separes de estas líneas por unos instantes para pasar a una práctica.
Separarte del dispositivo para cerrar los ojos, poner intención en sentir tu corazón, para facilitar el estado respira llenando de aire tus pulmones, en varias ocasiones, hasta que sientas la calma necesaria que te haga sentir un estado como si fueras a dejar el cuerpo, sí tal como lo oyes, como si fueras a morir, sin buscar un estado perfecto de estar muerto, confía en tu intuición, te informará de ello.
Siente de la manera más honesta contigo el reconocer los instantes en los que has percibido la vida en su forma más plena, dichosa y con gracia. Te invito a que lo hagas ahora, solo te llevará unos pocos minutos de existencia, aunque su beneficio es para siempre. Atrévete, hazlo ahora mismo, vé y te espero para acabar las últimas líneas de hoy.
Celebro contigo que te hayas entregado a la práctica, como ves, no te mueres. Esto supone que cuentas con la posibilidad de sentir de forma clara, tranquila, en calma, que SÍ, hay alguien ahí. Alquien maravilloso como Alicia asombrada por las maravillas, alguien eterno y natural en esta vida, un Alma que siente ser Un Latido Universal en la Tierra, de hecho nunca habías dejado de serlo.
