La calma de leer desde el aprecio con la lectura de estas líneas, sea en tu teléfono o en tu ordenador, estás llevando a cabo una práctica de salud mental, al salir aunque sea unos minutos del consumo de imágenes sin fin de las redes digitales en internet. Leer 3 minutos, pasar a crear tú las imágenes mientras lees estás líneas. Es uno de los ejercicios que sucede de forma orgánica, estimula todo tu ser creativo.
Es la diferencia entre imaginar o consumir. Leer estimula la imaginación a través las líneas que facilitan, al leer con toda la atención, detener la velocidad con la que montones de imágenes y trozos de video pasan por delante de tu mirada, se deslizan gracias al efecto sin fin. Un efecto que se ha añadido a las aplicaciones, al descubrirse en las máquinas de los casinos, que generan una adicción tremenda al usuario.
Por eso cuando vemos por la calle, en las cafeterías, en el bus, en el metro, en cualquier grupo de amigos cenando, a las personas deslizando y deslizando la pantalla, es como si viéramos a jugadores en los casinos, dándole a la palanca para ver si sale el premio, aunque la peor de las escenas, es cuando vemos a niños en esa situación.
De hecho ya están siendo retiradas las pantallas en las instituciones educativas, también sabemos que los dirigentes, los CEO, de las empresas de base tecnologica, no permiten a sus hijos, el uso de las pantallas en la tierna infancia. Promoviendo para ellos una educacicón relacionada con la naturaleza, los sentidos y la vida. La capacidad infinita, es la de tu alma en la Tierra.
La capacidad de imaginar cómo es una vida para ti con las personas que te rodean. Una vida impulsada por el alma allí donde sea que te encuentres. Es alucinante en estos tiempos, se comienza a hablar de la dificultad de comprensión lectora por parte de algunas personas, al haber abandonado la práctica. ¿Es posible que se olvide leer?.
La verdad es que no lo sabemos aún, lo que sí sabemos, es que hemos olvidado muchas de las bellas capacidades de ser humanos, en relación con este precioso lugar que habitamos. Nuestro hogar, somos hijos de la Tierra y eso mismo es lo que nos hace mirar a las estrellas, es una bonita consecuencia.
Por eso cuando nos desconectamos de la Tierra perdemos la mirada al Universo, nos desconectamos de nuestra estrella, cambiamos la mirada a la pantalla, tenga la medida que tenga la pantalla, para ver la estrella de otros. Una práctica adictiva, incluidos anuncios de consumo y sus nuevas formas en los diferentes medios.
Recuerdo hace unos años cuando un grupo de investigación de Barcelona se daba cuenta cómo las nuevas generaciones de jabalíes en el parque de Collserola, ya se saltaban, pasaban de largo, ni veían las raíces que habían sido el alimento de sus ancestros. Sobre todo desde que aceptaban la comida de los turistas que llegaban a ese lugar de la montaña y la posterior práctica de acudir a los contenedores de las calles de la ciudad que lindan con Collserola.
Si los pequeños jabalíes ya no identifican lo que para sus ancestros era natural, que es lo que nos estamos dejando nosotros por el camino en esta forma de vivir con el consumo del volumen y la velocidad, como si fueran la mejor experiencia posible.
Volumen y velocidad, dos prácticas, que juntas y llevadas por la prisa, a la exageración, parecen clave para llevarnos al olvido de lo que somos, una vida salvaje y espiritual. En su lugar aceptamos una vida domesticada y las tendencias, nuevas normas sociales de consumo, al que obedecer.
Leer unos minutos con la calma, de forma amable y con amor, está demostrado que puede mejorar tu salud mental, entre otras cosas al entregarte a imaginar, activar tu corazón y tu alma. Que fluya la energía de la Vida por tu nervio vago, una corriente de salud, que te invito a explorar en estos tiempos de la prisa. Leer como si la fina lluvia cayese por encima de ti en un día de cálido verano, una sonrisa de gratiud y amor por la Vida, aparece de forma espontánea.
Seguimos . . .